Tras una laaaaarga espera, fruto de la impericia del departamento de correos (más información en mi libro de próxima publicación «Correos y la puta que los parió» de la Editorial Sarpullido, prologado por el Sr. Óscar Catalá), por fin recibimos el paquete que nuestro contacto en PDAir nos había enviado para revisar, dentro de él las tres fundas y los soportes de ventosa que protagonizarán esta revisión.
La principal ventaja de estos conjuntos de funda+soporte es que resulta una alternativa bastante económica para poder utilizar nuestra PDA como navegador dentro del coche y aproximadamente a la altura de nuestra vista sin tener que verse obligado a tapar una de las salidas de aire (y es que con los calores veraniegos que últimamente «padecemos» el uso del aire acondicionado es prioritario). Pero pasemos a la primera parte de nuestra revisión.
– Las Fundas:
Éstas vienen presentadas dentro del clásico blister y protegidas con una caja de cartón, con la tuerca y el enganche para cinturón dento de una bolsita de plástico de burbujas (que como viciosos que somos procedemos a explotar).
Un vistazo rápido nos confirma la primera impresión; tanto por acabados (por ejemplo, en el neopreno interior de la de aluminio se aprecia algún defectillo en el corte) como por la calidad de los materiales, estas fundas juegan en «otra liga» si nos ponemos a compararlas con los productos de las grandes casas en este tipo de productos (Sena, Vaja, Covertec, Vaja, Kussell, Vaja…). Ésto es algo que de no tiene porqué considerarse un fallo, al fin ya al cabo estamos hablando de unas fundas económicas
Las dos fundas de piel son prácticamente idénticas en su diseño, variando tan sólo en el modo de apertura. El enganche es similar al de la funda universal de Melgar (que Jojual revisó aquí) aunque sin la posibilidad de regularlo al ancho. En cuanto a la robustez de las mismas, éstas llevan en cada tapa un refuerzo interior de plástico duro, además de un porta-tarjetas (nada práctico para qué vamos a negarlo) que aumenta la rigidez de la cara que tapa la pantalla aunque con la principal desventaja de producir el «efecto sandwich» y de complicar bastante el cierre.
Si nos ponemos a hablar de «rajitas» (de esas no, Dezamundano, de las que se usan para guardar tajetas) ambas fundas traen dos para tarjetas SD o MMC y otras dos para guardar tus tarjetas de visita, el número de la «pilingui» de turno, etc… Además del anteriormente comentado porta-tarjetas el cual, reitero, no acaba de convencerme; puesto que le veo «querencia» a acabar en el suelo a la mínima oportunidad.
A la hora de intentar sincronizar nuestra PDA con la funda puesta, nos llevamos dos sorpresas… una agradable y otra desagradable. La agradable viene por parte de la funda tipo «libro», con la que sí se puede sincronizar en la cuna sin necesidad de retirarla.
La desagradable viene con la de aperura «normal», cuya tira del cierre magnético impide que sincronicemos en la cuna viéndonos obligados a sincronizar bien con el cable, bien «desnudando» nuestra PDA.
Pero antes de continuar con las fundas de piel pasemos a hablar un rato de la de aluminio.
Tengo que confesar que nunca he sido un fan de esta clase de fundas (de hecho no es que me haga mucha gracia eso de la apertura lateral) pero como se suele decir, uno no puede largarse de este mundo sin haberlo probado todo (bueno… «probar todo, todo…» casi que no… 😉 ).
Lo primero que me llamó la atención es la ligereza de la misma, fabricada en chapa de aluminio de 1 mm. de espesor y con un acabado en gris anodizado en el exterior protege muy bien de cualquier golpe a nuestra «nena» además de ser muy ligera. En cuanto al interior éste está forrado de neopreno, que logra amortiguar cualquier golpe que nuestra «nena» reciba.
La funda dispone además de una ranura interior donde encajar nuestras tarjetas SD/MMC; una vez cerrada logra proteger las esquinas de aunque logrando dejar «todo, todito» al aire, así con la funda puesta introducir meter y sacar cualquier periférico/tarjeta en sus ranuras de expansión.
Sin embargo la funda tiene un pequeño problema en su abertura, y éste detalle se nos suele pasar a los que utilizamos el puntero con la mano derecha, y es que la funda… ¡Se abre hacia ése lado! No me había dado cuenta de lo importante que llega a ser este detalle y lo incómodo que puede llegar a ser para un zurdo vivir en un mundo dominado por diestros. (Aprovecho para saludar a otros zurdos famosos como Ned Flanders o Bart Simpson) De todas maneras no es que sea algo de una gravedad extrema, basta con corregir la forma de agarrar el PDA para que no moleste la tapa.
Una vez cerradas las fundas es importante comprobar la accesibilidad de los botones y ranuras.
En el caso de la de aluminio vemos como en la parte inferior tenemos fácil acceso tanto a la ranura de sincronización y carga, como al botón de soft-reset.
En el caso de las dos de piel ambas tapan algún «bujero» más o menos importante. La de apertura «normal», por ejemplo, deja libre el conector para los auriculares, pero sin embargo tapa el conector inferior de sincronización (Hay que soltar el cierre magnético) y es imposible conectarle cualquier periférico que sobresalga de las ranuras SD y CF. En la funda tipo «libro» el botón que se tapa es el de grabación.
El principal acierto que le veo a las tres fundas es una cosa que uno no suele caer en la cuenta a simple vista, y es que el PDA no «baila» al intentar escribir con él apoyado sobre la mesa. Sí, ya se que a muchos ésto os importa tanto como un accidente de bici en la plaza de Tiananmen, pero da la casualidad que yo acostumbro a escribir parte de mis revisiones tranquilamente sentado en un bar y delante de un café; por lo que la posibilidad de poder escribir sin tener que andar quitando el «chiquinofe» de su funda cada vez que me ayudan las musas es muy de agradecer.
Pero estábamos hablando de las fundas y no de mi vida privada (si queréis saber algo de ella, pagad cachoperros). Como iba diciendo esta cualidad se logra en la funda metálica gracias a 4 pequeñas embuticiones realizadas en la parte trasera que evitan que la funda descanse en el saliente donde se encuentra el alojamiento del tornillo de la pinza de sujección (o del soporte de ventosa).
En el caso de las fundas de piel, el alojamiento donde enrosca el tornillo queda embutido perfectamente en el plástico protector de la tapa, dejando tan sólo un par de hilos de rosca (más que suficientes) para el tornillo de sujección.
El cierre de las fundas de piel es el clásico cierre magnético, el cual a vecescuesta un pelín encajar; mientras que en el caso de la funda de aluminio la tapa queda asegurada por una pestaña, que realmente no es que me de mucha confianza a la larga, ya queme da la impresión de que puede acabar dando de sí.
Y por ahora lo dejamos aquí, la parte referente al soporte de ventosa y las conclusiones… próximamente en sus pantallas…
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