Aunque generalmente en nuestro trabajo (y en nuestros proyectos) hablamos de «cobots» como robots colaborativos que facilitan a los humanos a hacer más sencillo su trabajo, para la NASA el concepto es diferente.
Dentro del proyecto Shapeshifter («Cambiaformas») que tiene como objetivo explorar Titán, la mayor luna de Saturno, está previsto el uso de los ‘cobots’, las ‘piezas’ del Cambiaformas. Estos pequeños drones cuadricópteros exploradores serán capaces de moverse, acoplarse y desacoplarse de manera autónoma y cooperativa, según las condiciones del terreno en cada momento, sea éste sólido o líquido.
Así, por ejemplo, parte de los cobots podrían ensamblarse formando una semiesfera capaz de flotar en el helio líquido, mientras otros permanecen en el aire mapeando posibles obstáculos con los que puedan encontrarse más adelante. Dicha información servirá para que el conjunto de cobots se coordinen para adoptar, si es necesario, una nueva forma que facilite su avance.
Esta capacidad para mapear el terreno es fundamental, porque será el único método de orientación disponible para el Cambiaformas: dado que no tenemos satélites orbitando Titán, la tecnología GPS no es una opción, y el satélite carece incluso de un campo magnético que pudiera servir de referencia.
El prototipo actualmente operativo es, por ahora, sólo semiautónomo, pero los científicos se han marcado como objetivo lograr que su inteligencia artificial les permita operar sin necesidad de ninguna orientación humana.
Aparte de estos robot-cobots que no veremos antes de 30 ó 40 años la NASA también está trabajando en otros modelos más tradicionales como estos humanoides.
Por cierto. La NASA publicó el pasado viernes una oferta de trabajo en LinkedIn en la que explicaba que buscaba un CIENTÍFICO DE DATOS y señalaba que la experiencia con criptomonedas y blockchain se tendría en cuenta en la evaluación de los candidatos.