Aunque cada vez está más claro que los va actuales coches con motor de combustión tienen los días contados … tenemos un problema ya que los coches eléctricos están todavía muy verdes. Hasta que no hayan mejorad de forma sustancial las baterías actuales… habrá que pensar, como mucho, en coches híbridos.
La solución podría estar en la carga rápida.
Las baterías de litio convencionales se cargan y descargan a la misma temperatura.
Es más, si nos centramos en la ‘carga rápida’, el rango de temperaturas se vuelve mucho más estrecho. Esto es así por buenos motivos.
Si se cargan rápidamente a temperaturas ambiente inferiores a 10 grados, este tipo de baterías se degradan.
El comportamiento de los iones de litio cambia y acaban apilados en la superficie de los ánodos de carbono generando un revestimiento que reduce la capacidad de la celda.
Por otro lado, cargar las baterías en caliente mejora su eficiencia y se cargan más rápido, pero la evidencia nos dice que someter a las baterías a largos periodos de calor también acaba por degradarlas.
Los investigadores de PennState y el Departamento de Energía de EEUU se preguntaron si había alguna forma de combinar ambos mundos.
Y mientras hacían pruebas se dieron cuenta de que si las baterías se calentaban hasta los 60 grados para luego enfriarse rápidamente, se evitaba tanto la generación de revestimiento de litio como la degradación por calor.
Y de paso, «demostramos que podemos cargar un vehículo eléctrico en diez minutos para un rango de 300 y 500 kilómetros», explicaba Chao-Yang Wang, director del Electrochemical Engine Center de la Penn State.
«Y podemos hacer esto manteniendo 2.500 ciclos de carga, o el equivalente a medio millón de millas de viaje».
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