Desde hace demasiado tiempo no ponemos ninguna noticia de las que tanto gustan a nuestro «marinerito» y en su día Editorialista… Òscar.
Investigadores de la Universidad de Rice informan en Nature que pueden eliminar prácticamente cualquier fuente de carbono sólido, desde restos de comida hasta neumáticos viejos de automóviles, y convertirla en grafeno, láminas de átomos de carbono apreciados para aplicaciones que van desde plástico de alta resistencia hasta electrónica flexible.
Desde su descubrimiento en 2004, el grafeno de alta calidad, ya sea en hojas sueltas o en unas pocas capas apiladas, ha seguido siendo costoso de fabricar y purificar a escala industrial. Eso no es un problema para fabricar dispositivos diminutos como transistores de alta velocidad y diodos emisores de luz eficientes. Pero las técnicas actuales, que producen grafeno al depositarlo en un vapor, son demasiado costosas para muchas aplicaciones de gran volumen.
En 2014, James Tour, químico de Rice, y sus colegas descubrieron que podían hacer una forma pura de grafeno, cada pieza de unas pocas capas de espesor, al eliminar una forma de carbono amorfo llamado negro de carbón con un láser. Breves pulsos calentaron el carbono a más de 3000 kelvins, rompiendo los enlaces entre los átomos de carbono.
A medida que la nube de carbono se enfrió, se unió en la estructura más estable posible, el grafeno. Pero el enfoque todavía producía cantidades muy pequeñas y requería mucha energía.
Hace dos años, Luong Xuan Duy, uno de los estudiantes de posgrado del Tour, puso una orción minúscula de negro de carbono en un vial de vidrio transparente y le aplicó 400 voltios durante aproximadamente 200 milisegundos. Inicialmente consiguió basura. Pero después de un poco de ajustes, logró crear un destello blanco amarillento brillante, lo que indica que la temperatura dentro del vial estaba alcanzando aproximadamente 3000 grados Kelvin.
El resultado es un material conocido como grafeno turboestático, con capas de grafeno mezcladas en todos los ángulos uno encima del otro. Cuando se agrega al agua u otros solventes, el grafeno turboestático permanece suspendido en lugar de acumularse, permitiendo que cada mancha del material interactúe con cualquier compuesto al que se agregue.
Cuando agregaron solo 0.05% en peso de su grafeno producido al instante al hormigón, la resistencia a la compresión aumentó un 25%. El grafeno agregado al polidimetilsiloxano, un plástico común, aumentó su resistencia en un 250%.
800
Pero mira que llega a tener futuro eso del grafeno!
Al menos sirve para saber que sigues vivo y «Gloria» no pudo contigo 😉
Òscar! Según la información publicada en LaVanguardia tus «paisanos» Dmitri Efetov (Moscú) y Xiaobo Lu (China) del Institut de Ciències Fotòniques (ICFO) de Castedeflls acaban de presentar en la revista Nature un dispositivo de grafeno que ha sorprendido a los físicos con un abanico de nuevas propiedades totalmente inesperadas. La clave, rotar el material en un ángulo mágico con una precisión sin precedentes.