Evidentemente la aplicación de las técnicas de Inteligencia Artificial en el campo de la salud no solo tiene mucho futuro y mercado para muchas empresas sino que también podría servir para mejorar la vida de los que más la necesitan: los más pobres.
Por eso, Microsoft anunció el pasado mes su proyecto filantrópico AI for Health para el cual va a destinar 40 millones de dólares para repartir en los próximos cuatro años entre centros de investigación y organizaciones sin ánimo de lucro dotándoles de las últimas tecnologías para reducir la desigualdad y mejorar el acceso a la atención sanitaria en las poblaciones más desatendidas.
Por lo que dicen las frías estadísticas el talento y los recursos necesarios para dotar a los investigadores sanitarios de herramientas para implementar la IA y la ciencia de datos se distribuyen de manera desigual. Más del 50% de los profesionales de inteligencia artificial trabajan en el sector tecnológico y menos del 5% lo hacen dentro de las organizaciones del sector de la salud y sin fines de lucro. Como resultado, los investigadores médicos se ven obstaculizados y, por ello, es crucial proporcionarles las herramientas que necesitan para acelerar y mejorar su trabajo y sus investigaciones.
Por ello, el proyecto de Microsoft se centrará en mejorar la investigación y el hallazgo de soluciones; acelerar la investigación médica para avanzar en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades; potenciar la compartición de conocimiento y mejorar los hallazgos sobre la mortalidad y la longevidad y, así, protegernos de las crisis sanitarias mundiales; y reducir la desigualdad sanitaria para mejorar el acceso a la atención de las poblaciones desatendidas.
Entre las primeras organizaciones beneficiadas por el programa AI for Health se encuentran BRAC, Fred Hutchinson Cancer Research Center, Intelligent Retinal Imaging Systems (IRIS), Novartis Foundation, PATH y Seattle Children’s Research Institute.
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