A primeros de mes os presentábamos Clockchain como la última propuesta para utilizar la tecnología BLOCKCHAIN como ayuda para el control horario de los trabajadores españoles. Aunque su coste es de tan solo 1 EUR por empleado tampoco está triunfando y viene a unirse a la larga lista de proyectos fallidos
Por ejemplo, AXA ha retirado su solución blockchain para automatizar las reclamaciones de vuelos con retraso o cancelados. Había sido lanzada en septiembre de 2017.
El Banco Santander ha cancelado su bono realizado sobre tecnología blockchain, a los tres meses del lanzamiento. La emisión del bono era a un año.
Sareb deja en suspenso la venta online de préstamos realizada con tecnología blockchain. El escaparate estaba preparado para la apertura del negocio.
Solo uno de los abordamientos de los desarrolladores españoles de blockchain al sector alimentario ha llegado a producción. Algo parecido sucede con el sector inmobiliario.
La explicación podría estar en un escaso apetito de mercado. ¿Realmente, las empresas que tienen que pagar por estas soluciones, están interesadas en las mejoras que suponen? ¿Más transperencia? ¿Mayor agilidad?
Quizás la ralentización sea debida a la confianza y políticas relativas a esta tecnología en España. Puede que en otros países ese apoyo sea mayor, pero lo cierto es que es difícil encontrar soluciones basadas en blockchain que vayan más allá de un simple ejercicio de marketing. Eso, y el uso que se haga en la Dark Web
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No solo en España fracasan los intentos de arreglar todo con el blockchain. Ahora es Virginia Occidental quien abandona la votación Voatz basada en blockchain.
La decisión de Virginia Occidental de deshacerse de Voatz se produce después de una reciente auditoría de seguridad realizada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) que se publicó el 13 de febrero, que encontró que «Voatz tiene vulnerabilidades que permiten a diferentes tipos de adversarios alterar, detener o exponer el voto de un usuario».