Debo confesar que sentí curiosidad al ver, hace un par de meses, una campaña en Indiegogo sobre un candado para biciletas que funciona con huella dactilar.
Según su creador, Walsun iba a ser el candado con huella dactilar más pequeño del mundo sin disponer de cadena ni sujección la rueda ya que está pensado para colocarse en el disco de freno de la bicicleta, bloqueándolo por completo.
Puede almacenar hasta 40 huellas, y gracias a su batería de larga duración tiene una autonomía de 3 meses. Incluso si se agota la batería, es una medida de protección adicional, porque nadie podrá abrirlo. Se recarga con un simple cargador USB.
Lógicamente, tiene protección contra el agua y el polvo IP65, para poder usarlo sin problemas al aire libre, incluso durante semanas.
Ahora bien aunque este minicandado (que pesa poco más de 200 gramos) impide que la bici funcione no dificulta nada que te la cojas en brazos y te la lleves por lo que al final lo más aconsejable sigue siendo el típico recurso de encadenarla a una reja o señal de tráfico.
En resumen, aunque inicialmente atrayente no parece que este invento resuelva nada y de ahí que dado el escaso interés por la campaña ésta se anulase antes de llegar a su fin … aunque «amenazan» con una nueva versión más atrayente a los inversores.
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