Hablando de fabricantes de microprocesadores, sin duda alguna INTEL sigue por delante en cuanto a nuevos desarrollos. Por ejemplo, ya el pasado año presentaron su sistema neuromórfico de 8 millones de neuronas basado en el empleo de 64 chips Loihi… «prometiendo» llagar a los 100 millones de neuronas en este mismo año 2020.
Aprovechando la potencia de este nuevo tipos de ordenadores, Intel junto a investigadores de la Universidad de Cornell han demostrado su capacidad para la detección de sustancias mediante su olor pudiéndose utilizar en aplicaciones médicas, así como de seguridad de infraestructuras críticas para detectar explosivos, armas o narcóticos.
Los olores peligrosos interiorizados y reconocidos por Loihi son aquellos que suponen un peligro para la salud pública por ser precursores en la fabricación de explosivos, narcóticos y polímeros. Con este hallazgo se avalan el potencial de los chips neuromórficos para reconocer estos olores en situaciones reales con mayor eficacia que las soluciones convencionales y nos ofrecen una visión de los posibles casos de uso de la tecnología neuromórfica.
Con un algoritmo neural derivado de la arquitectura y la dinámica de los circuitos olfativos cerebrales, los investigadores entrenaron el chip de búsqueda neuromórfica para interiorizar y reconocer los olores de 10 sustancias químicas peligrosas. Para ello, el equipo utilizó un conjunto de datos que consistía en la actividad de 72 sensores químicos en respuesta a estos olores y configuró el diagrama de circuito del olfato biológico en Loihi.
El chip aprendió rápidamente la representación neuronal de cada uno de los olores y los reconoció todos incluso en un contexto de bloqueo considerable, lo que pone de manifiesto un futuro prometedor para la intersección entre neurociencia e inteligencia artificial.
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