Esperemos que tras el susto que nos está metiendo en el cuerpo el dichoso «bichito» tomemos más consciencia de nuestras limitaciones y nos toememos en serio, de una vez por todas, nuestra responsabilidad para mantener el único planeta en el que estamos de paso.

En esta línea es muy importante un trabajo e investigadores de la Universidad Politécnica de Tomsk (TPU) en Rusia y la Universidad de Lille en Francia para la limpieza de los derrames de petróleo del agua.

El equipo de Postnikov decidió empezar por una esponja doméstica como punto de partida que volvieron hidrófoba empleando sales de diazonio y calentándolas a 60 grados centígrados.

Los radicales activos resultantes atacaron a la esponja y formaron en su superficie nuevos grupos orgánicos con propiedades hidrófobas, siendo al mismo tiempo sensibles a los productos del petróle absorbiendo selectivamente sus moléculas.

La segunda cuestión era encontrar una manera eficiente de sacar a este material del agua y para ellos recurrieron a la recolección basada en el magnetismo añadiendo nanopartículas de hierro en la estructura de la esponja.

Como resultado, obtuvieron un material que casi no interactúa con el agua a pesar de conformar una esponja.

En los experimentos realizados, ha demostrado una gran capacidad de atrapar petróleo y productos de este tipo.

Además, los experimentos han demostrado que el nuevo material puede ser reutilizado varias veces sin que disminuya su eficiencia.

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