Unos de los principales problemas de manejo de piezas pequeñas (y en las impresas 3D, aún más) es la dificultad de pintarlas y no solo para cambiar su aspecto sino también para protegerlas contras la inclemencias del tipo, por ejemplo.
Afortunadamente ahora, ingenieros de la Universidad inglesa de Rutgers acaban de publicar un nuevo método más eficiente de recubrir no solo objetos convencionales, sino incluso robots blandos de hidrogel. Se basa en una fina pulverización de gotas aplicando un voltaje al fluido que fluye a través de una boquilla.
Esta técnica (deposición por electropulverización) se ha utilizado principalmente para la química analítica. Pero en las últimas décadas, también se ha utilizado en demostraciones a escala de laboratorio de recubrimientos que administran vacunas, capas de celdas solares que absorben la luz y puntos cuánticos fluorescentes (partículas diminutas) para pantallas LED.
Ahora los ingeniros ingleses están construyendo un accesorio para impresoras 3D que, por primera vez, permitirá el recubrimiento automatizado de piezas impresas en 3D con capas de pintura funcionales, protectoras o estéticas.
Su técnica presenta una aplicación de pintura mucho más delgada y mejor focalizada, utilizando significativamente menos materiales que los métodos tradicionales.
Eso significa que los ingenieros pueden usar materiales de vanguardia, como nanopartículas e ingredientes bioactivos, que de otro modo serían demasiado costosos en pinturas.
Los siguientes pasos incluyen crear superficies que puedan cambiar sus propiedades o desencadenar reacciones químicas para crear pinturas que puedan detectar su entorno e informar los estímulos a los dispositivos electrónicos a bordo.
Los ingenieros esperan comercializar su técnica y crear un nuevo paradigma de recubrimiento rápido inmediatamente después de la impresión que complemente la impresión 3D.
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