Esto del COVID19 nos está sirviendo al menos como una lección de humildad y, al menos ahora, también estamos más preocupados con los temas del medioambiente que el día menos pensado también nos darán un nuevo susto.
De ahí el interés de los estudios realizados en la Universidad de San Petersburgo de Rusia sobre vegetales para limpiar el suelo contaminado con uranio y otros componentes pesados.
Lo más sorprendente es que dos de las especies vegetales más adecuadas para la «fitorremiadación» son el trigo y la grama, hierba mala que crece tan alegremente en nuestros jardines o hasta en los arcenes de las carreteras.
Se ha descubierto que tanto el trigo como la grama son capaces de sobrevivir en las condiciones más adversas de toxicidad, mientras que acumulan eficientemente varios elementos químicos peligrosos del suelo como son el bromo, europio, escandio, torio y uranio.
Una vez que las plantas han absorbido estos elementos químicos, pueden incluso servir de materia prima para un nuevo tipo de negocio, que seguramente será habitual en el futuro: extraer para usos industriales esos elementos.
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