Debo reconocer que me ha sorprendido que se esté investigando en el empleo de la impresión 3D para la depuración de aguas contaminadas.
Si bien la impresión 3D tiene la ventaja de poder fabricar «in situ» con el consiguiente ahorro en su transporte lo que conlleva reducción del consumo energético total en el ciclo completo de fabricación y uso de la pieza, el propio proceso de «fundición» de la materia prima (plástico mayoritariamente) es muy ineficiente consumiendo entre 50 y 100 veces más energía que si se fabricase dicha pieza por moldeo por inyección. Tampoco hay que olvidar que durante la «fusión» del PLA (y no digamos el ABS) se generan humos con componentes tóxicos lo que hacen que su uso no sea aconsejable para la impresión de material que esté en contacto con alimentos.
Otra cosa distinta sería el empleo de esta tecnología para fabricar dispositivos recubiertos con materiales adsorbentes para depurar disoluciones acuosas con distintos colorantes de uso industrial.
Los materiales que se obtienen por impresión 3D son poco adsorbentes, por lo que su aplicación para la eliminación de contaminantes es limitada. Una alternativa es utilizarlos como soporte para la incorporación de materiales adsorbentes.
Un factor a tener en cuenta es que cuanto mayor sea el área del dispositivo 3D, mayor será la cantidad de material adsorbente que se puede incorporar. Por esta razón, el dispositivo diseñado y fabricado por el grupo de Química Analítica, Automatización y Medio Ambiente de la UIB (Universidad de las Islas Baleares) consiste en un módulo con canales interconectados entre sí. Esto aumenta la superficie dentro del mismo y, por lo tanto, la superficie a la que se puede añadir el material adsorbente.
Tanto los dispositivos obtenidos mediante impresión 3D como los materiales adsorbentes tienen distintas ventajas y desventajas. Por eso es interesante combinarlos para obtener los máximos beneficios por ambas partes.
Un método muy simple para incorporar estas sustancias a la superficie de los dispositivos es hacerlo justo después de su impresión, aprovechando que están blandos y pegajosos. De esta manera, por simple contacto, se puede depositar en su superficie un carbón adsorbente sintetizado. El resultado es un dispositivo 3D adsorbente.
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Mucho más interesante que la impresión 3D desde el punto de vista industrial es la que usa METAL . AQUÍ tenéis un intertesante «podcast» de mis paisanos que saben mucho de Industria 4.0
Ya sabíamos que la impresión 3d se estaba empezando a utilizar incluso para fabricar piezas de motores de aviación.
Ahora la FAA acaba de certificar el motor fabricado por GE.