El concepto de «minería espacial» se comenzó a desarrollar a principios de los años 90, pero tomó verdadera relevancia en 2015 cuando se firmó la llamada Ley del Espacio, aprobada por el Congreso de los EE.UU., cuyo último título permite a las compañías del país la explotación minera espacial y la apropiación de asteroides y otros “recursos espaciales” por parte de personas privadas y empresas si consiguen la tecnología para desplazarse y explotar esos cuerpos ricos en recursos como el platino, el oro, hierro o el agua.
En el Tratado sobre el Espacio Exterior fue firmado en 1967 por 105 países se prohíbe toda apropiación de cuerpos celestes, pero no hay claridad sobre qué pasa con los asteroides.
Por ello, China ya tiene programado para el próximo mes de noviembre una misión de su empresa (privada) Origin.space.
El objetivo de este primer lanzamiento de su pequeña nave NEO-1 de tan solo 30 kg no es ponerse a cavar sino tan solo a probar nuevas tecnologías en el espacio a 500 km de altitud y de esa forma ir preparándose para el lanzamiento de su NEO-2 con destino a la luna que tienen previsto para finales de 2021 principios de 2022.
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