Como mi amigo (y ex-compañero de la petrolera) Juande nos conoce muy bien hace un rato me ha enviado el enlace a esta Noticia que como el dice «es carne para una entrada en PcDeMaNo»… y tiene toda la razón.
Últimamente hemos hablado del empleo de Amazon de técnicas de reconocimiento de la palma de la mano con su Amazon One para realizar pagos seguros en sus tiendas físicas y esto solo es el principio.
Por otro lado las técnicas de reconocimiento facial y no digamos las de pupila se encuentran entre las técnicas biométricas más precisas en la actualidad.
Si bien el reconocimiento de la voz ya se emplea, por ejemplos en los asistentes virtuales que contestan a nuestras preguntas (generalmente estúpidas) la voz no se ha popularizado como sistema biométrico por la complejidad de su tratamiento ya que cambia incluso a lo largo del día.
La voz es una característica personal única, diferente para cada uno de nosotros. Con sólo escuchar una palabra podemos distinguir sin problemas la voz de nuestros familiares o amigos. Esto es así porque al hablar hacemos vibrar las cuerdas vocales generando una onda sonora que se va a ver modificada, en su camino al exterior, por el denominado tracto vocal: (garganta, cavidad buconasal, lengua, dientes…). Esta modificación depende de parámetros fisiológicos, como la longitud del cuello o la posición de los dientes, y por tanto es única para cada persona. Esto es lo que le da a cada voz sus características peculiares, y nos permite distinguirla de la demás.
Quizás por esta dificultad de «modelar» nuestra voz, la empresa israelí Vocalis Health igual que otras empresas o gobiernos pidieron sangre de enfermos de COVID para investigar la posible presencia de marcadores de la enfermedad, estos hicieron lo mismo solicitando muestras sonoras de los pacientes para poder entrenar posteriormente su sistema y encontrar una posible correlación entre la enfermedad y los sonidos de dichas personas.
A mediados del verano, la empresa ya tenía más de 1.500 voces y una versión piloto de una herramienta de detección digital COVID-19 que la compañía está probando actualmente en todo el mundo. Esta herramienta no está destinada a proporcionar un diagnóstico definitivo, sino a ayudar a los médicos a clasificar los casos potenciales, identificando a las personas que podrían necesitar más pruebas, cuarentena o una atención médica en persona.
La idea es realmente interesante aunque saben que todavía queda mucho trabajo por delante ya que el análisis vocal automatizado es un campo muy nuevo y muestra una serie de peligros, ya que podría dar diagnósticos erróneos e invadir la privacidad personal y médica del paciente.
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Jaja, los israelies no conocen a «Carlos Latre» y «otros» ….. se volverían locos.
abrazos.