Parece erroneamente que el principal objetivo de la Inteligencia Artificial es conseguir mejorar tan solo el rendimiento económico, en la mayor parte de las ocasiones o en el mejor de los casos ayudar a cuidar nuestra salud física.
Los japoneses, como sabemos, tienen un grave problema de envecimiento (como España) y en el que sus jóvenes tienen problemas para emparejarse. Por eso su gobierno apuesta por el desarrollo de una aplicación que utilizando técnicas de Inteligencia Artificial empareje a los jóvenes basándose en su «coeficiente emocional«.
La novedad es que ignorará activamente las preferencias declaradas de los solteros, como la edad, la apariencia o el nivel de ingresos, en favor del “cociente emocional” término que se refiere a personalidades, valores e inteligencia emocional similares.
Este proyecto llega inmediatamente después de los planes del gobierno nipón de designar el equivalente a 16 millones de euros durante el próximo año para apoyar a las autoridades locales que trabajan para ayudar a los residentes del vecindario a encontrar un compañero. Aproximadamente 47 prefecturas ofrecen servicios de emparejamiento, y algunas ya emplean sistemas de IA, lo que puede sonar a distopía amorosa o a una extensión más institucional de lo que ya vienen haciendo cientos de aplicaciones de citas como
tinder, por ejemplo.
Los datos del gobierno japonés ilustran una importante caída de 200.000 en el número de matrimonios entre el año 2000 y 2019. Cuando son asumidas por funcionarios humanos, este tipo de servicios de emparejamiento utilizan formularios estandarizados para recopilar los pasatiempos e intereses de las personas. Los sistemas inteligentes se encaminan a un análisis más avanzado y profundo a partir de los datos disponibles.
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También la AI, como no, puede emplearse para analizar y clasificar los fósiles.