Si el pasado verano nos interesábamos por el proyecto del MIT para disponer de cobertura wifi en el fondo del mar hoy os queremos hablar del sistema PASS que presentó la Universidad de Stanford hace unas semanas.
A pesar de la gran cantidad de satélites que pululan por encima de nuestras cabezas haciendo fotografías y mediciones con radar, láser e incluso LIDAR, la mayor parte del mundo no está debidamente cartografiada ya que, hay que recordar, que un 70% está sumergido bajo el agua y solo una pequeña fracción de sus profundidades ha sido sometida a una obtención de imágenes y mapas de alta resolución.
La principal barrera tiene que ver con la Física: las ondas sonoras, por ejemplo, no pueden pasar del aire al agua o viceversa sin perder la mayor parte, más del 99,9 por ciento, de su energía por reflexión contra el otro medio.
Por otra parte un sistema que intenta ver bajo el agua utilizando ondas sonoras que viajan del aire al agua y viceversa está sujeto a esta pérdida de energía dos veces, lo que resulta en una reducción de energía del 99,9999 por ciento.
El resultado de todo esto es que los océanos no pueden ser cartografiados desde el aire y desde el espacio de la misma manera que la tierra.
Hasta la fecha, la mayor parte de la cartografía submarina se ha realizado mediante la instalación de sistemas de sonar en los barcos que barren una determinada región de interés. Pero esta técnica es lenta y costosa, e ineficiente para cubrir grandes áreas.
Para solucionarlo llega el Sistema de Sonar Fotoacústico Aéreo (PASS), que combina luz y sonido para atravesar la interfaz aire-agua.
Para ello, el sistema primero dispara un láser desde el aire que es absorbido por la superficie del agua.
Cuando el láser es absorbido, genera ondas de ultrasonido que se propagan a través de la columna de agua y se reflejan en los objetos submarinos antes de volver a la superficie.
Las ondas sonoras que regresan todavía ven reducida la mayor parte de su energía cuando atraviesan la superficie del agua, pero al generar las ondas sonoras bajo el agua con láseres, los investigadores pueden evitar que la pérdida de energía se produzca dos veces.
Las ondas de ultrasonido reflejadas son registradas por instrumentos llamados transductores que utilizan software para volver a unir las señales acústicas y reconstruir una imagen tridimensional del rasgo u objeto sumergido.
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