Tenemos mucho que aprender de los cefalópodos ya que, entre otras cosas, son junto a las medusas los seres vivos más eficientes energéticamente para moverse superando fácilmente a los animales voladores y a peces óseos. Por ello se están emppleando como referencia para el desarrollo de robots que abran nuevas posibilidades para la exploración submarina con su diseño liviano y exterior blando.
Incluso para la medicina resulta muy interesante su capacidad para cambiar el color y la textura de su piel gracias a la presencia de cromatóforos en su piel. Ahora en la Universidad Rutgers de New Jersey están intentando «copiar» este comportamiento a través del diseño de geles inteligentes, hidrogeles.
Los hidrogeles, que conservan su forma y se mantienen sólidos a pesar de contener mucha agua, se encuentran en el cuerpo humano, la gelatina, los pañales y las lentes de contacto, entre muchos otros ejemplos.
La conducta del gel inteligente puede permitirle comportarse como un «músculo artificial» que se contrae o relaja como reacción a cambios de luz.
La nueva tecnología podría tener aplicaciones en la robótica blanda, para pantallas flexibles e incluso como base para sistemas de camuflaje militar.
Los próximos pasos en esta línea de investigación y desarrollo incluyen la mejora de la sensibilidad, el tiempo de respuesta y, la durabilidad de la tecnología, así como su adecuación a técnicas de fabricación a gran escala.
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