Investigadores valencianos de la UPV han patentado una nueva técnica para la fabricación de vigas con piezas de plástico impresas en 3D que se pueden ensamblar como si fueran módulos de Lego y una capa de hormigón de altas prestaciones en la zona más comprimida.
Entre sus múltiples ventajas cae destacar que pesan hasta un 80% menos que las vigas de hormigón o metálicas, con lo que no son necesarias grandes grúas ni camiones para transportarlas e instalarlas.
Además ahorran tiempo y costos en mano de obra y material; y se pueden imprimir y ensamblar in situ, lo que facilita su instalación en cualquier lugar, por complicado que sea su acceso.
Por no hablar que además aprovechan como materia prima plásticos reciclados, dando una nueva vida a este producto y avanzando así hacia una construcción más sostenible.
Su principal novedad se encuentra en el perfil polimérico de la viga, compuesto por múltiples segmentos longitudinales que se pueden ensamblar y hormigonar en el lugar donde se quiere instalar la estructura.
Otra de las curiosidades del sistema ideado por los investigadores de la UPV se encuentra en la estructura interna de los perfiles poliméricos. Con esta estructura alveolar es posible reducir el material plástico utilizado, y por tanto su peso, manteniendo la rigidez estructural.
Esta geometría alveolar está inspirada en la del hueso humano de la zona de la epífisis, donde hay una parte de capa ósea esponjosa, con un entramado trabecular, esto sería la formación alveolar, y la capa externa más gruesa donde está el hueso compacto.
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¡Enhorabuena a los investigadores!
Esperemos a ver los resultados que dan las pruebas y el tiempo de realización necesario frente a las vigas tradicionales.
No obstante, el canto(la «altura») necesario para sustituir a las vigas tradicionales precisará de una impresora 3D gigantesca.