Poco a poco los fabricantes de automóviles apuestan por la fabricación de coches electricos y si el pasado martes fue Volvo el que adelantaba sus proyectos en esta línea, ahora es el grupo Volkswagen que el coche eléctrico más asequible de la firma alemana se producirá en España saliendo a la venta en el año 2025.
También ayer mismo se anunció que el Gobierno, Seat e Iberdrola impulsarán la primera fábrica de baterías para vehículos eléctricos en España, la cual se ubicará cerca de la factoría de Martorell.
Eso sí, mientras la carga de las baterías sea tan lenta como hasta la fecha me sigue pareciendo que tenemos un problema para viajes largos. Aunque ya se probó hace unos años la sustitución de baterías en lugar de recarga (y no tuvo éxito) se vuelve a probar.
La startup Ample ha lanzado una red de carga de automóviles eléctricos que puede proporcionar a un automóvil una carga completa en menos de diez minutos.
En lugar de cargar las baterías existentes, la startup apuesta por las tecnologías de intercambio de baterías, un sistema comparado con los «bloques de Lego» por el CEO Khaled Hassounah.
El concepto de la compañía es completamente modular, lo que significa que los vehículos más grandes pueden adaptarse a más módulos de batería, mientras que los vehículos más pequeños solo necesitan intercambiar menos.
El sistema también es completamente autónomo y los clientes solo interactúan con una aplicación de teléfono inteligente.
El objetivo general es eliminar la «ansiedad de autonomía«, es decir, la vacilación del consumidor provocada por la autonomía limitada de muchos vehículos eléctricos actualmente en el mercado.
Hasta ahora, la compañía solo ha construido dos estaciones en San Francisco, pero planea instalar varias más en otras ciudades importantes de California.
Es un movimiento interesante teniendo en cuenta que la mayoría de los fabricantes de automóviles eléctricos han decidido colocar baterías de forma permanente en su gama de vehículos y construir una infraestructura de carga de automóviles in situ.
El problema (como en el caso anterior que ocurrió con el intento de Renault) podría ser la falta de estandarización de las baterías entre los distintos fabricantes con el consiguiente capital inmovilizado requerido para los dueños de estos negocios
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