Blackbird es un vehículo experimental impulsado por el viento, construido en 2010 para demostrar que es posible que dicho vehículo vaya directamente a favor del viento … más rápido que el viento. Blackbird emplea un rotor conectado a las ruedas y no tiene motor, batería ni volante.
Lo más curioso de este «invento» que parece violar el principio de conservación de cantidad de movimiento es que funciona o si no que se lo digan a Alexander Kusenko, profesor de física de UCLA, que apostó 10.000 $ a que no era posible… y perdió aunque la verdad es que cuesta entenderlo.
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