Ayer mismo os comentábamos las investigaciones que se estaban llevando a cabo para «injertarnos» en el cerebro dispositivos inteligentes que mediante algoritmos de IA estarían vigilando día y noche nuestros parámetros vitales para detectar «anomalías tempranas» en nuestra salud.
El problema está en ¿como alimentar eléctricamente dichos «cacharritos»?. No parece lógico que anduviesen por ahí chupando de nuestras señales eléctricas / nerviosas ¿no?.
Una solución podría ser que nos «insertasen» también en nuestro cuerpo «celdas de combustible / almacenamientos de energía» biocompatibles con nuestro cuerpo.
Para ello un equip alemán ha creado los supercondensadores más pequeños de su tipo hasta la fecha, que ya funcionan en vasos sanguíneos artificiales y pueden utilizarse como fuente de energía para un diminuto sistema de sensores destinado a medir el pH.
Este sistema de almacenamiento abre nuevas posibilidades para los implantes intravasculares y los sistemas microrrobóticos de la biomedicina de próxima generación, que podrían actuar en espacios pequeños de difícil acceso dentro del cuerpo humano.
Por ejemplo, la detección en tiempo real del pH de la sangre puede ayudar a predecir de manera temprana el crecimiento de un tumor.
A diferencia de otros supercondensadores microscópicos que no utilizan materiales biocompatibles sino, por ejemplo, electrolitos corrosivos y que presentan otras características incompatibles con un uso intracorporal, los biosupercondensadores son totalmente biocompatibles; pueden utilizarse en fluidos corporales como la sangre.
Hasta ahora, los dispositivos de almacenamiento de energía más pequeños han tenido más de 3 milímetros cúbicos.
El biosupercondensador tubular producido por el equipo de Schmidt es 3.000 veces más pequeño.
Con un volumen de 1 nanolitro, ocupa menos espacio que un grano de polvo y, sin embargo es capaz de energizar un sistema de sensores en la sangre, por ejemplo.
La geometría tubular flexible del nuevo biosupercondensador proporciona una eficaz protección contra las deformaciones causadas por el flujo pulsante de la sangre o por la contracción muscular.
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