Debo confesar que a pesar de haber trabajado los primeros (y más felices) días de mi vida laboral en la industria química siempre decía que era en refinería ya que parecía un trabajo más serio y bien mirado. Ahora con los años los que se han dedicado al petróleo son mal vistos y parecen los culpables de todo tipo de catástrofes medioambientales habidas y por haber ¿o no?.
Aunque los químicos tenemos en nuestra contra la gran cantidad de plásticos que contaminas nuestros mares podremos conseguir que se nos perdone con el desarrollo, por ejemplo, de plásticos biodegradables como los que están desarrollando investigadores del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ en España, en colaboración con el Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla en España, el Instituto Italiano de Tecnología de Génova y el Politécnico de Milán en Italia.
Según los expertos, el nuevo material creado a partir de celulosa y pequeñas moléculas de flúor, reúne las condiciones adecuadas para utilizarse como alternativa a otros compuestos fluorados similares al teflón, polímero conocido por recubrir sartenes y paletas de cocina evitando así que se adhiera la comida.
En concreto, el uso del bioplásticos de celulosa y flúor abarca desde la industria del automóvil como compuesto para cubrir cables o recipiente de baterías al ser elástico, resistente a los cambios de temperatura y antiadherente, a la textil donde se confeccionan prendas impermeables y también transpirables como la ropa deportiva, al sector alimenticio donde sirve como envolvente de determinados productos y también para conservar comida.
En el campo de la biomedicina serviría como recubrimiento de medicamentos o cápsulas para transportar sustancias inertes a través del organismo.
Tras realizar los correspondientes ensayos en el laboratorio, los científicos han comprobado que la principal ventaja de este nuevo bioplástico es afianzar las propiedades intrínsecas de la celulosa al mismo tiempo que incorporar otras adicionales como son su elevada transparencia y su capacidad para absorber rayos ultravioletas.
Además este bioplástico presenta una mayor elasticidad y resistencia a cambios de temperatura, a la vez que es ignífugo e hidrófobo.
Por último, los expertos han demostrado que cumple con los parámetros de material biodegradable, ya que es un producto básicamente vegetal que se descompone en el medio ambiente sin causar daños al entorno ni a la salud humana.
Para obtener este compuesto, los investigadores han sintetizado una molécula de flúor compuesta por una cantidad de carbono inferior a los empleados habitualmente en compuestos similares en la industria.
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¿Y no es mejor añadiendo grafeno?