No sé porqué pero la verdad es que «asusta» pensar en que la gente esté tan preocupada con el calentamiento global (a pesar de que es un tema importante) como para dedicar tanto tiempo a estudiar como afectan los videojuegos al cambio climático.
La industria de los videojuegos es una de las más grandes del planeta. Y, como era de esperar, eso conlleva un coste sustancial para el medio ambiente. Según un estudio de 2018 titulado Console Carbon Footprint, que analizó la sostenibilidad de las consolas de juegos, concluyó que hay dos factores dañinos: la producción en masa de productos físicos que se envían a jugadores de todo el mundo, y la falta de eficiencia energética en las consolas.
Ssegún el estudio, la producción de copias físicas de los juegos emite más de veinte veces las emisiones de CO2 de las descargas digitales. Entonces, los jugadores pueden reducir su huella de carbono en un 95.6 por ciento al elegir descargar un juego en lugar de comprar una copia en una caja.
Afortunadamente, en los últimos años los jugadores han estado pasando de los juegos físicos de consola a su equivalente en línea. Y como resultado, se ha generado una enorme comunidad en donde los jugadores pueden jugar entre sí con una conexión remota.
Sin embargo las descargas digitales también utilizan mucha energía durante el proceso de descarga, y luego solo consumen la energía de la consola una vez que ya estás jugando. Por otro lado, los juegos en la nube usan una menor cantidad de energía, pero esta se consume durante todo el tiempo de juego, lo que significa que las emisiones pueden ser muy altas si juegas durante mucho tiempo.
En resumen, si consideramos que descargar juegos consume energía (lo que produce CO2), siempre que sea posible, puedes evitar descargar un juego de 90 GB solo para arrepentirte y eliminarlo de su disco duro antes de jugarlo.
Las empresas de videojuegos tienen gran responsabilidad y están empezando a tener en cuenta criterios de sostenibilidad como pueden ser tener en cuenta las necesidades energéticas de GPUs en sus juegos, pero de manera individual cada uno de nosotros podemos contribuir al cuidado del planeta cuestionándonos lo mismo.
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