Pasados cuatro años de la compra de mi impresora 3D creo que ya va llegando el momento de instalarla y empezar a utilizarla ¿no?. Al menos ahora y tras la pequeña obra que hemos hecho en la casa «majariega» ya tenemos un espacio digno para instalarla cosa que intentaremos hacer antes de empezar con la obra de la casa manchega… que tenemos pensada para cuando acabe el invierno.
Si no recuerdo mal nuestra impresora es una clásica «china» de filamento fundido y que en nada se parece a una moderna nanoimpresora láser 3D de las de ahora.
Los láseres de las impresoras láser convencionales para imprimir en papel son muy pequeños. En cambio, las impresoras láser 3D para microestructuras y nanoestructuras tridimensionales han necesitado hasta ahora sistemas láser grandes y caros.
Los investigadores del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT) y de la Universidad de Heidelberg utilizan ahora otro proceso para este fin. La absorción en dos pasos funciona con diodos láser azules, baratos y pequeños. Como resultado, se pueden utilizar impresoras mucho más pequeñas.
Actualmente, la impresión láser es el método preferido para la fabricación aditiva mediante impresión 3D, ya que ofrece la mejor resolución espacial de todos los métodos y alcanza una velocidad de impresión extremadamente alta.
En la impresión láser, se dirige un rayo láser enfocado hacia un líquido sensible a la luz. En el punto focal, la luz láser activa un interruptor en unas moléculas especiales y desencadena una reacción química. La reacción provoca el endurecimiento local del material. Moviendo el punto focal, se puede producir cualquier micro y nanoestructura en 3D. La reacción química se basa en la llamada absorción de dos fotones, lo que significa que dos fotones excitan la molécula al mismo tiempo, lo que provoca la modificación química deseada. Sin embargo, esta excitación simultánea se produce en muy pocas ocasiones, por lo que hay que aplicar complejos sistemas de láser pulsado, lo que da lugar a mayores dimensiones de la impresora láser.
Si se utiliza el llamado proceso de dos pasos desarrollado por los alemanes, se pueden realizar impresoras más compactas y pequeñas y con un equipo mucho más barato. El primer fotón transfiere la molécula a un estado intermedio. En el segundo paso, un segundo fotón transfiere la molécula del estado intermedio al estado de excitación deseado e inicia la reacción química. La ventaja: Al contrario que en la absorción de dos fotones, la absorción de los dos fotones no debe producirse necesariamente al mismo tiempo por lo que no es necesario disponer de equipo tan sofisticado.
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