Las baterías de estado sólido son aquellas en las que se emplean electrodos y electrolitos sólidos en lugar de los geles poliméricos de las actuales baterías de Ión-litio o de litio-polímero.
Aunque los electrolitos de estado sólido se descubrieron ya en el siglo XIX, problemas como el de su baja densidad energética las había mantenido en el olvido. Sin embargo sus ventajas frente a las clásicas como son su menor inflamabilidad o enjevecimiento ha hecho que su interés esté renaciendo con fuerza.
Ahora esta compañía dice haber conseguido mejorar el proceso de fabricación de este tipo de baterías consiguiendo con ello aumentar un 80% su autonomía así como su velocidad de carga hasta 0 a 80% en tan solo 15 minutos.
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