donde está el fuego es una romanza que forma parte de la zarzuela Doña Francisquita y que alude a que conociendo las consecuencias (los efectos) podemos llegar al origen de la causa.

Desgraciadamente muchas veces no hay tiempo material para responder ante un incendio una vez iniciado por lo que sería de lo más interesante poder detectar un fuego antes de que se produzca ¿no?.

Esto es más o menos lo que han inventado en la Universidad de Bremen: un detector de humo que «olfatea» la causa de un fuego antes de que se produzca.

Por ejemplo, todo el mundo conoce el olor de los aparatos eléctricos o electrónicos sobrecalentados. De forma muy similar, cualquier material, cuando se sobrecalienta, emite sustancias gaseosas que pueden ser detectadas por novedosas capas semiconductoras de óxido metálico.

Lo que los semiconductores detectan en el proceso, y lo que es crítico y lo que no lo es, hay que enseñárselo mediante rutinas de aprendizaje automático. Las capas cambian su resistencia no sólo por los elementos específicos del aire, sino también por el cambio general de la composición atmosférica. No sólo influyen las sustancias emitidas adicionalmente, sino también lo que está menos presente en su lugar. Tras un entrenamiento adecuado, casi no hay sustancia gaseosa que no pueda detectarse de esta manera.

Este acercamiento al problema se empezó en un proyecto contra incendios en los viajes espaciales astronáuticos al demostrarse que los detectores de humo utilizados actualmente apenas podían cumplir su cometido. En principio, sólo pueden hacerlo muy mal en las condiciones de la Estación Espacial Internacional (ISS), ya que, además del humo, se detectan todos los demás tipos de partículas finas, lo que provoca frecuentes falsas alarmas. También se ha visto que los detectores de humo clásicos de una estación espacial lunar tienen pocas posibilidades de funcionar de forma fiable en presencia constante de polvo de regolito ultrafino. Además, los detectores de humo generalmente sólo dan la alarma cuando, en principio, ya es demasiado tarde.

Sin emabrgo en la Universidad alemana de Tubinga piensan que los sensores semiconductores podrían detectar los gases procedentes de los plásticos sobrecalentados, quizá incluso antes de que se incendien y ahí nació la idea de un nuevo tipo de detector de incendios.

 

 

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