Una de las principales limitaciones de los actuales sistemas de impresión 3D es su lentitud además de la dificultad para hacerlo con múltiples materiales.

Ahora an la Universidad de  Stanford han desarrollado un método de impresión 3D que promete crear impresiones más rápidamente, utilizando varios tipos de resina en un solo objeto. Su diseño, publicado recientemente en Science Advances, es de 5 a 10 veces más rápido que el método de impresión de alta resolución más rápido disponible actualmente y podría permitir  utilizar resinas más gruesas con mejores propiedades mecánicas y eléctricas.

El nuevo diseño mejora un método de impresión 3D creado hace años en 2015 llamado producción de interfaz líquida continua, o CLIP. En ella una plataforma ascendente extrae suavemente el objeto, aparentemente completamente formado, de una fina piscina de resina. La resina de la superficie se endurece en la forma correcta mediante una secuencia de imágenes UV proyectadas a través del charco, mientras que una corriente de oxígeno impide el curado en el fondo del charco y crea una «zona muerta» en la que la resina permanece en forma líquida.

La zona muerta es la clave de la velocidad de CLIP. A medida que la pieza sólida se eleva, la resina líquida debe rellenarse detrás de ella, permitiendo una impresión suave y continua. Pero esto no siempre ocurre, especialmente si la pieza sube demasiado rápido o la resina es especialmente viscosa. Con este nuevo método, llamado CLIP de inyección, o iCLIP, los investigadores han montado bombas de jeringa en la parte superior de la plataforma ascendente para añadir resina adicional en puntos clave.

La resina se suministra a través de conductos que se imprimen simultáneamente con el diseño. Los conductos pueden retirarse una vez completado el objeto o pueden incorporarse al diseño de la misma manera que las venas y arterias se incorporan a nuestro propio cuerpo.

Al inyectar resina adicional por separado, iCLIP ofrece la oportunidad de imprimir con varios tipos de resina a lo largo del proceso de impresión: cada nueva resina simplemente requiere su propia jeringa. Los investigadores probaron la impresora con hasta tres jeringuillas diferentes, cada una de ellas llena de resina de un color distinto. Imprimieron con éxito modelos de edificios famosos de varios países con el color de la bandera de cada uno de ellos, como la catedral de Santa Sofía con el azul y el amarillo de la bandera ucraniana y el Independence Hall con el rojo, el blanco y el azul estadounidenses.

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