Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire es uno de los mayores problemas de salud pública, causando más de cuatro millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año. Sin embargo, no siempre se mide.
Pero ahora, un equipo de investigación del MIT está implementando una versión de código abierto de un detector móvil de contaminación de bajo costo que podría permitir a las personas rastrear la calidad del aire de manera más amplia.
El detector, llamado Flatburn, se puede fabricar mediante impresión 3D o mediante el pedido de piezas económicas. Los investigadores ahora lo han probado y calibrado en relación con las máquinas de última generación existentes, y están publicando toda la información al respecto: cómo fabricarlo, usarlo e interpretar los datos.
El concepto de Flatburn en Senseable City Lab se remonta aproximadamente a 2017, cuando los investigadores del MIT comenzaron a crear un prototipo de un detector de contaminación móvil, originalmente para ser implementado en camiones de basura en Cambridge, Massachusetts. Los detectores funcionan con baterías y son recargables, ya sea de fuentes de energía o de un panel solar, con datos almacenados en una tarjeta en el dispositivo a la que se puede acceder de forma remota.
Ahora los investigadores han utilizado los detectores móviles para recopilar 1,6 millones de puntos de datos durante cuatro semanas en Nueva York y el área de Boston. Para verificar los resultados han trabajado con funcionarios estatales para comparar las medidas.
Los «nuevos» detectores estimaron concentraciones algo más bajas de partículas finas que los dispositivos que ya estaban en uso, pero con una correlación lo suficientemente buena como para que, con ajustes para las condiciones climáticas y otros factores, los dispositivos Flatburn puedan producir resultados fiables.
También identificaron una serie de problemas potenciales con los que las personas tendrán que lidiar cuando utilicen los detectores Flatburn en general. Estos incluyen la «deriva», el cambio gradual de las lecturas del detector a lo largo del tiempo, así como el «envejecimiento», el deterioro más fundamental en la condición física de una unidad. Los investigadores encontraron que usar las unidades en un entorno móvil, encima de los automóviles, significa que actualmente tendrán una vida útil de seis meses.
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