Los automóviles de hoy incorporan muchos controles en sus volantes, algunos para controlar funciones como el entretenimiento en el automóvil y los teléfonos, pero otros más críticos para la seguridad, como los botones de control de velocidad de crucero.
Una de las tendencias crecientes en los controles y sensores de automóviles es la detección de manos libres (HoD), que se utiliza para detectar si el conductor sostiene el volante como se esperaba y, por lo tanto, tiene el control total del automóvil.
Esta tecnología utiliza sensores ubicados en el volante para detectar si las manos del conductor están en contacto con el mismo mientras se conduce.
La función del detector de manos libres es evitar distracciones del conductor y asegurar que el conductor tenga un control constante del vehículo en todo momento. Si el sistema detecta que las manos del conductor no están en el volante, puede emitir alertas sonoras y visuales para recordar al conductor que coloque sus manos en el volante. En algunos casos, el sistema también puede reducir la velocidad del vehículo o incluso detenerlo completamente si se detecta que el conductor no está prestando suficiente atención a la carretera.
Algunos sistemas de detección de manos libres utilizan cámaras o sensores adicionales para detectar si el conductor está mirando hacia la carretera y prestando atención a su entorno. Estos sistemas pueden analizar la posición y movimiento de los ojos y la cabeza del conductor para determinar si están enfocados en la carretera o si están distraídos.
HoD se ha aplicado en el sistema de asistencia para mantenerse en el carril (LKAS) desde abril de 2021. Si bien tenemos asistencia para respaldar nuestra conducción, el automóvil garantiza que el conductor sea capaz de conducir por sí mismo en cualquier momento.
También se espera que los volantes futuros incluyan tecnologías de reconocimiento de voz y gestos, lo que permitiría a los conductores interactuar con el vehículo de manera más natural y sin distracciones. Esto podría mejorar la seguridad y la comodidad de la conducción, ya que los conductores podrían mantener sus manos en el volante y sus ojos en la carretera en todo momento.
Otra posible característica del volante automotriz del futuro es la capacidad de cambiar de forma o tamaño para adaptarse a las necesidades del conductor y del vehículo. Esto podría mejorar la ergonomía y la comodidad de la conducción, especialmente en viajes largos o en situaciones de tráfico intenso.
Aunque algunas de estas tecnologías ya están disponibles en algunos modelos de automóviles se espera que las características adicionales, como la integración con sistemas de asistencia al conductor y de conducción autónoma, el reconocimiento de voz y gestos, y la capacidad de cambiar de forma o tamaño, se implementen en los próximos años.