Es bien sabido que la insulina es una hormona vital para regular los niveles de azúcar en la sangre y es utilizada en el tratamiento de la diabetes.
Lo que quizás muchos no sabrán es que antes del descubrimiento y producción masiva de insulina recombinante, la única forma de obtener insulina era a partir del páncreas de animales. Por lo general, se utilizaban cerdos y vacas para extraer la insulina animal. Sin embargo, este proceso era complicado y presentaba algunos desafíos, como la posibilidad de transmitir enfermedades de los animales a los humanos y la variabilidad en la calidad y cantidad de insulina obtenida.
En la actualidad, la mayoría de la insulina utilizada se produce mediante técnicas de ADN recombinante. Estas técnicas permiten la producción de insulina humana idéntica a la producida por el cuerpo humano. En resumen, el ADN humano que contiene el gen de la insulina se inserta en bacterias u otros organismos vivos, que luego se cultivan en grandes cantidades para producir la insulina.
Ahora en la Universidad de Pensilvania están trabajando en el desarrollo de una insulina de origen vegetal derivada de la lechuga y que se puede tomar por vía oral.
Las células animales comparten algunas cualidades con las células vegetales, pero una característica clave de la que carecen las nuestras es una pared celular rígida. Si bien esto proporciona estructura para las plantas, también es algo que los científicos están buscando cada vez más para su uso en nuevos materiales , tecnología de celulosa y, ahora, administración de insulina.
De hecho los investigadores han creado una prometedora insulina de origen vegetal, que contiene los tres péptidos que se encuentran naturalmente en la insulina, que también se puede ingerir por vía oral.
Tan importante como el material genético en el interior, las paredes celulares de las plantas son clave para la eficacia del fármaco. Su robustez protege a la insulina de los ácidos y enzimas del tracto digestivo superior, hasta que la droga llega a los microbios en el intestino, que trabajan para liberar la insulina. Desde aquí, la insulina viaja a través del intestino-hígado para llegar a su destino.
En el ensayo con ratones, la insulina de origen vegetal pudo regular el azúcar en la sangre en 15 minutos, en comparación con la insulina secretada de forma natural. Los ratones tratados con inyecciones de insulina tradicionales experimentaron niveles de glucosa en sangre que se desplomaron provocando hipoglucemia.
Si bien los resultados en el estudio con ratones son muy prometedores, todavía habrá que seguir esperando algo de tiempo antes de que este método pueda beneficiar a muchos de los aproximadamente 537 millones de adultos que viven con diabetes. Pero los investigadores confían en pasar a un ensayo más grande, primero con perros diabéticos y luego con humanos.
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¿Eso de perros diabéticos va por alguien?
Los perros también pueden desarrollar diabetes, y en algunos casos, el tratamiento puede incluir el uso de insulina.
La diabetes en los perros se caracteriza por una falta de producción de insulina por parte del páncreas o una resistencia a la insulina producida.
Si un perro es diagnosticado con diabetes y se determina que necesita insulina, se le administrará a través de inyecciones subcutáneas. La insulina utilizada en perros diabéticos suele ser la misma que se utiliza en los seres humanos.
Es importante destacar que el tratamiento de la diabetes en perros es un proceso que requiere supervisión veterinaria y ajustes periódicos. La dosis de insulina necesaria puede variar según las necesidades individuales de cada perro y debe determinarse junto con un veterinario. Además de la insulina, el tratamiento también puede incluir cambios en la dieta y el manejo del ejercicio.
Por eso siempre se ha dicho de no dar dulces a los perros. Deben ser más sensibles a ello