¿Alguna vez has deseado silenciar las conversaciones ajenas y enfocarte solo en la tuya? ¡La ciencia acaba de hacer realidad ese sueño gracias a unos peculiares robots!
Bueno, bueno, ¿quién no ha deseado tener un botón de «silencio» cuando estás en una cafetería ruidosa intentando tener una conversación importante? Aquí es donde entran en juego los «enjambres acústicos», una innovación creada por un grupo de ingenieros… chinos, como no.
Según nos describen en detalle en Nature Communications, estos pequeños robots, que se desplazan por la habitación de una forma que recuerda a las Roombas, tienen como misión ayudarnos a controlar y separar el audio de múltiples conversaciones en un mismo espacio.
¡Más allá de la cancelación de ruido!
A todos nos suena la tecnología de cancelación de ruido, ¿verdad? Ya la hemos visto en dispositivos como auriculares y smartphones. Pero, ¡espera!, estos enjambres acústicos llevan las cosas a otro nivel. En lugar de simplemente filtrar el ruido de fondo para una sola persona, estos robots crean una «burbuja de audio» alrededor de los diferentes grupos. Esto les permite controlar y dirigir el audio de múltiples conversaciones y grupos, esencialmente permitiendo «silenciar» ciertas áreas mientras se potencian otras.
Una tecnología autodesplegable y adaptativa
Aquí está la magia: estos enjambres no solo son una maravilla tecnológica por su capacidad de separación de audio. También son autodesplegables. El usuario simplemente coloca siete micrófonos, que los robots utilizan para crear una «zona de voz». Una vez creada esta zona, los robots rastrean e identifican las voces, incluso si estas se desplazan. ¿Imaginas tener una videoconferencia y poder silenciar esas distracciones de fondo como la charla del café o el ruido de la oficina?
Pero… no todo es color de rosa
Por supuesto, como con toda tecnología emergente, hay que ser cauto. Si bien la idea suena genial, ¿qué pasa con la privacidad? ¿Qué sucede si esta tecnología cae en manos equivocadas y se utiliza para fines no tan benignos? Si bien es prometedor, es crucial que, a medida que avanza, también se establezcan límites claros sobre su uso.
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