Adéntrate en el mundo de la resistencia extrema con el Getac S410 G5, un portátil diseñado para enfrentar los desafíos más difíciles. Desde su resistencia al agua hasta su robustez militar, descubrirás cómo esta máquina está lista para el trabajo en entornos hostiles.
La nueva joya de Getac, la S410 G5, no es tu computadora portátil promedio. Equipada con un chasis rugerizado, esta máquina está diseñada para soportar condiciones adversas, desde caídas desde altura hasta derrames de líquidos. Con certificación militar MIL-STD-810H, esta computadora no solo sobrevive en entornos hostiles, sino que lo hace con elegancia.
Rendimiento que supera expectativas
Bajo el capó, el Getac S410 G5 no escatima en potencia. Con opciones de procesadores Intel Core de 11 a 13 generación, esta computadora ofrece un rendimiento impresionante. Los usuarios pueden esperar una experiencia multitarea fluida y una capacidad de respuesta excepcional. Además, con una pantalla táctil Full HD de 14 pulgadas, tus ojos se deleitarán con imágenes nítidas y vibrantes, incluso bajo la luz solar directa.
Sin embargo su precio que va de los 2000 a los 5000 EUR no es de lo más aconsejable su compra por parte de un particular que difícilmente pueda justificarlo por sus casi 30 horas de autonomía. Tampoco su peso y que no sea tan robusto como otros modelos de su competencia lo hacen recomendable… y de ahí que para muchos sea tan solo «semi-rugerizado»
El desafío de la ruggedización en la era moderna
La S410 G5 demuestra que la rugedización no es solo para entornos militares, sino que también tiene un papel esencial en industrias como la construcción, servicios de emergencia y más. La necesidad de dispositivos informáticos confiables en condiciones extremas es una realidad, y Getac responde con una solución que equilibra durabilidad y rendimiento.
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Buenas noticias para los «necesitados» de este tipo de portátiles!
Clara, que trabaja para GETAC, nos acaba de comentar que, a partir de ahora, los ordenadores portátiles S410, pasan a la categoría de rugerizados dejando de calificarse como «semi-rugerizados».
¡Queda dicho!