Las lentes de contacto inteligentes no son solo un sueño del futuro, ¡son una realidad cada vez más cercana! Imagina poder monitorear tu salud mientras llevas puestas tus lentes de contacto, todo gracias a la tecnología de inteligencia artificial y a una innovadora fuente de energía: ¡tus propias lágrimas! Sigue leyendo para descubrir cómo este avance tecnológico podría cambiar la forma en que interactuamos con el mundo a través de nuestras lentes.

El desafío de diseñar para el ojo

El diseño electrónico para el ojo presenta desafíos únicos debido a la alta densidad de nervios en la córnea, que es entre 300 y 600 veces más sensible que nuestra piel. Aunque se han desarrollado chips pequeños y flexibles, la fuente de energía ha resultado ser un obstáculo, ya que las baterías grandes y los cables claramente no son una opción viable. Es aquí donde entra en juego el equipo de la Universidad de Utah con una solución revolucionaria.

La solución híbrida todo en uno

En un artículo publicado en la revista Small, los investigadores describen cómo construyeron un dispositivo que combina una célula solar de silicio flexible con un nuevo dispositivo que convierte las lágrimas en energía. Este sistema puede suministrar de manera confiable la electricidad suficiente para operar lentes de contacto inteligentes y otros dispositivos oculares. Este avance elimina la necesidad de transferencia de energía inalámbrica desde baterías separadas, lo que abre nuevas posibilidades para la tecnología portátil en el campo de la oftalmología.

Energía del futuro: del Sol a tus lágrimas

La primera mitad del sistema consta de células solares de silicio flexibles que pueden capturar la luz del sol y de fuentes artificiales. Estas células se conectan en un sistema fotovoltaico flexible encapsulado en polímero. La segunda parte funciona como una batería activada por el parpadeo del ojo, utilizando las lágrimas del usuario como un combustible bioquímico para generar energía. Este proceso ocurre literalmente en un parpadeo: cuando el ojo está completamente abierto, el recolector está inactivo, pero al parpadear, los electrolitos de las lágrimas se encuentran con el ánodo de magnesio, generando una reacción de oxidación y la producción de electrones.

Potenciales aplicaciones

Si bien las lentes de contacto inteligentes tienen aplicaciones obvias en el ámbito del consumidor, como la monitorización del estado físico durante el ejercicio, el verdadero potencial radica en la monitorización de la salud ocular. Desde condiciones comunes como la presbicia hasta enfermedades más graves como el glaucoma, el monitoreo en tiempo real podría cambiar radicalmente el panorama de la atención médica ocular. Este avance representa un paso significativo hacia un futuro donde la tecnología y la salud se fusionan para mejorar nuestras vidas de maneras nunca antes imaginadas.

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