El incremento en el número de satélites alrededor de la Tierra, con casi 3.000 nuevos lanzamientos el año pasado, está generando preocupaciones sobre la congestión en órbita y el aumento del riesgo de colisiones entre satélites. Esto puede resultar en la creación de desechos espaciales peligrosos y la inhabilitación de partes de la órbita terrestre para su uso futuro.
Los números no mienten
Según datos recientes, se lanzaron 2.877 satélites en 2023, lo que representa un aumento de casi el 15% respecto al año anterior. Esto eleva el número total de satélites en la órbita terrestre a 12.597 al finalizar 2023. Más del 91% de estos satélites están en órbita terrestre baja (LEO), y aproximadamente el 80% están dedicados a comunicaciones. Además, el 89% de los satélites en operación son comerciales, reflejando el crecimiento de la economía espacial.
Reflexiones sobre la congestión en órbita
El aumento de la congestión se observa especialmente en órbita terrestre baja (LEO), donde miles de satélites inactivos ocupan espacio valioso. La órbita geoestacionaria (GEO), a más de 22.000 millas sobre la Tierra, también está congestionada, a pesar de tener menos satélites. Esta órbita es crucial para comunicaciones, pronósticos del tiempo, defensa militar y otros propósitos. El promedio de distancia entre satélites en GEO ha disminuido un 33% entre 2010 y 2023, lo que aumenta el riesgo de colisiones y complica las operaciones.
Desafíos para la industria espacial
El aumento de la congestión en órbita plantea desafíos adicionales para la industria espacial. Los seguros espaciales, por ejemplo, tuvieron ingresos de alrededor de $557 millones el año pasado, pero pagaron $955 millones por pérdidas. Este aumento en las pérdidas, en su mayoría debido a reclamos por satélites propiedad de Viasat e Inmarsat, subraya la importancia de abordar los riesgos asociados con la congestión orbital.
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