Imagina un futuro donde los robots que entregan tu comida no solo te sirven, sino que también se convierten en tu postre. Científicos del Instituto Federal Suizo de Tecnología (EPFL) y del Instituto Italiano de Tecnología (IIT) han creado componentes robóticos comestibles, desde actuadores hasta baterías. Esta innovación podría transformar sectores como la salud, la nutrición y el monitoreo ambiental, proporcionando soluciones biodegradables y funcionales que pueden ser ingeridas de manera segura.
La evolución de los robots comestibles
Primeros avances: Actuadores y drones
En 2017, los científicos de EPFL crearon un actuador completamente comestible hecho de material de gelatina-glicerol, con características mecánicas similares a los elastómeros de silicona. Este avance permitió la manipulación segura de alimentos, como una manzana, demostrando la viabilidad de los componentes robóticos comestibles.
En 2022, un equipo de EPFL y la Universidad de Wageningen diseñaron un dron con alas comestibles hechas de pasteles de arroz inflado pegados con gelatina. Aunque solo las alas eran comestibles, el dron voló a una velocidad de 10 metros por segundo, transportando hasta el 50% de su masa en carga comestible.
Baterías comestibles: Un hito en la robótica
Un año después, en 2023, los investigadores de IIT desarrollaron una batería recargable comestible. Utilizando riboflavina (vitamina B2) como ánodo y quercetina como cátodo, junto con carbón activado para aumentar la conductividad, lograron una batería que operaba a 0,65 voltios. Esta batería, empaquetada con cera de abejas, podía alimentar un LED durante unos 10 minutos cuando se conectaban dos en serie.
Sensores de estrés comestibles
En 2024, los científicos de la Universidad de Bristol, IIT y EPFL crearon el primer sensor de tensión comestible basado en la conducción electrónica. Utilizaron una tinta conductora innovadora compuesta de carbón activado, ositos de goma y una mezcla de agua y etanol. Al rociar esta tinta sobre un sustrato comestible, ambos se podían ingerir de manera segura.
Desafíos técnicos y aplicaciones futuras
Integración de componentes
Uno de los mayores retos técnicos es combinar componentes que usan electricidad, como baterías y sensores, con aquellos que utilizan fluidos y presión para moverse, como los actuadores. Los actuadores comestibles y las baterías actuales todavía tienen menor potencia, resistencia y fiabilidad en comparación con sus contrapartes no comestibles. Además, se necesitan más estudios para entender cómo interactúan estos componentes con el sistema digestivo.
Miniaturización y eficiencia
La miniaturización de estos robots para que sean lo suficientemente pequeños y puedan ser ingeridos como una sola entidad es otro desafío. Los robots comestibles deben ser funcionales y cumplir con su propósito, ya sea analizar el tracto digestivo, administrar medicamentos con precisión, o proporcionar nutrición a humanos y animales.
Potenciales aplicaciones
Las aplicaciones potenciales de los robots comestibles son amplias. En el ámbito de la salud, podrían usarse para analizar el tracto digestivo y administrar medicamentos de manera precisa. En la preservación de la fauna, podrían proporcionar nutrición y vacunas a animales salvajes y domésticos. También podrían usarse para el monitoreo ambiental y, por supuesto, como una experiencia culinaria novedosa y sostenible.
La percepción del consumidor
Un estudio realizado en 2024 exploró cómo los consumidores perciben los robots comestibles. A los participantes se les ofrecieron robots hechos de azúcar y gelatina, uno en movimiento y otro estático. El robot en movimiento fue percibido como una «criatura», mientras que el estático fue visto como «comida». Además, el movimiento mejoró la percepción del sabor, con descripciones de «dulce» y referencias específicas a «manzana», en contraste con el robot estático.
Reflexiones adicionales
Impacto y futuro
Los robots comestibles prometen ser una herramienta revolucionaria con un impacto significativo en diversos campos. Su naturaleza biodegradable y funcionalidad los convierte en una opción más ecológica en comparación con los robots tradicionales. Aunque aún existen desafíos técnicos por superar, el ritmo acelerado del desarrollo tecnológico sugiere que no pasará mucho tiempo antes de que veamos robots comestibles en uso práctico.
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