La interacción entre humanos y máquinas avanza a pasos agigantados, pero uno de los mayores desafíos sigue siendo dotar a los robots de capacidades de comunicación que emulen comportamientos humanos complejos, como el humor. Investigadores de la Universidad de Kyoto han desarrollado un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de detectar y responder al humor humano mediante risas compartidas, revolucionando las posibilidades de las interacciones sociales con robots.
Una IA con sentido del humor: ¿Por qué es importante?
El objetivo del proyecto ERICA es construir empatía en los sistemas de IA, un componente esencial para interacciones más naturales. Según los investigadores, la risa es un canal emocional clave en las conversaciones humanas. Al diseñar un sistema de «risas compartidas», lograron que Erica respondiera no solo al acto de reír, sino también al contexto y tipo de risa, diferenciando entre risas sociales (educadas) y risas genuinas (de diversión). Este avance es un paso hacia interacciones más realistas y humanas.
El sistema detrás de las risas compartidas
El modelo desarrollado por los científicos incluye tres subsistemas principales:
- Detección de risa: Identifica cuándo un humano se ríe.
- Evaluación contextual: Decide si es apropiado responder con risa.
- Selección del tipo de risa: Determina si el robot responde con una risa leve o más expresiva.
Para entrenar el sistema, se analizaron más de 80 interacciones en escenarios sociales, como citas rápidas, donde los investigadores recopilaron datos sobre cuándo y cómo se produce la risa compartida. El análisis reveló que la mayoría de las risas humanas no son compartidas, lo que añade complejidad al diseño del sistema.
Resultados y aplicaciones
Cuando Erica fue puesta a prueba con diferentes configuraciones de risa, los resultados mostraron que las personas evaluaban las interacciones con el sistema de risas compartidas como más naturales y empáticas en comparación con modelos en los que Erica no reía o reía de manera genérica. Este avance sugiere que la IA puede mejorar significativamente la calidad de las conversaciones al incorporar elementos emocionales.
Reflexiones y futuro
Aunque el sistema actual se centra en un número limitado de tipos de risa, los investigadores planean ampliar el repertorio para incluir otros matices del humor. Según los responsables del proyecto, esta tecnología podría tardar entre 10 y 20 años en alcanzar un nivel que permita interacciones completamente fluidas con robots.
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