No vamos a negar que mal vamos si después de esta semana no acabamos siendo más inteligentes.
Durante estos pasados días hemos estado compartiendo con los cuarenta alumnos del Máster Industrial de una reconocida petrolera española nuestra experiencia sobre digitalización, big dats e inteligencia artificial.
Ahora mismo estamos escribiendo esta noticia desde el AI Show al que hemos sido gentilmente por sus patrocinadores.
No hay que decir que evidentemente la robótica ha sido y será un tema muy, muy relacionado con la Inteligencia Artificial y que avanzan de forma conjunta.
Habjando de robots no podemos olvidar al robot alicantino Aisoy que tuvimos la suerte de revisar en Pcdemano y que, según nos contaron sus creadores, está resultando todo un éxito en aplicaciones médicas…incluso en niños autistas con los que consiguen una mejor integración con sus compañeros.
Otro acercamiento es el de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y Google con sus gafas de realidad aumentada, las Google Glass, a la que introdujeron una aplicación que utilizaba inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático o machine learning (ML) y reconocimiento facial.
La aplicación fue entrenada con cientos de miles de fotos de caras que muestran las ocho expresiones, y también tenía un mecanismo para permitir que las personas involucradas en el estudio lo calibraran a sus propios rostros “neutrales” si era necesario.
Catorce familias, cada una con un hijo autista entre 3 y 17 años, probaron las Superpower Glass en su casa durante 10 semanas.
Y usaron la terapia durante al menos tres sesiones de 20 minutos por semana con un programa de reconocimiento facial que se podía utilizar en modo “juego libre”, en el que los niños usaban Google Glass mientras interactuaban o jugaban con su familia.
El software daba al niño autista una señal visual o auditiva cada vez que reconocía una emoción en la cara de alguien en el campo de visión.i
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