La verdad sea dicha, en la AI Show de ayer no aprendí mucho aunque me quedo con la «nefasta» presentación que hizo un Director de LG para mostrarnos las «maravillas» que hace su empresa conectando sus equipos a Google Assistant y a Siri incluso para poder actuar sobre dispositivos domóticos de otrar marcas… sin haber oido hablar nunca de «nuestro» Home Assistant, por ejemplo
Tampoco tuvo mucha suerte con sus vídeos ya que no consiguió que le funcionase ninguno medianamente bien con lo cual la «demo» resultó deprimente. En cualquier caso son los problemas del directo que tanbién sufrimos nosotros al inicio de nuestra intervención en el Máster que estuvimos impartiendo a principios de semana.
Y hablando del Máster la sorpresa fue ver la actitud de los alumnos a los que no sorprendía ni les interesaba nada por mucho que les hablábamos de robots, inteligencia artificial, deep learning, etc… tecnologías que a nosotros no paran de sorprendernos y nos cuesta estar actualizados dad la velocidad a la que se mueven estas tecnologías.
Aparte de la TV y la abundancia de redes sociales que nos bombardean a todos y que han conseguido aniquilar la capacidad de ser sorprendidos mucha culpa la tiene la HOLGAZANERIA innata al ser humano y que cubre desde el aspecto intelectual al puramente físico.
En los últimos estudios se concluye que conservar energía para usarla en situaciones críticas ha sido esencial para la supervivencia de los seres humanos, dado que, en bastantes aspectos, nos ha permitido ser más eficientes a la hora de buscar alimento y refugio, competir para tener pareja sexual, y escapar de los depredadores.
Durante décadas, la sociedad ha animado a las personas a ser más activas físicamente, pero sin embargo las estadísticas muestran que a pesar de nuestras mejores intenciones, en realidad cada vez somos menos activos.
Los resultados de la nueva investigación sugieren que nuestros cerebros podrían estar simplemente configurados para que prefiramos tumbarnos en el sofá a realizar ejercicio físico que nos canse.
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