Una vez «olvidado» ya el CES y antes que empiece el MWC en Barcelona a fin de mes aprovecharemos para ponernos al día en noticias tecnológicas relacionadas con la ciencia… que sabemos que también os interesan.
Hoy mismo se acaba de publicar en la prestigiosa revista Science el trabajo de un grupo de investigadores norteamericanos que han fabricado una tela que regula sus propiedades térmicas en respuesta a los cambios de humedad y temperatura del cuerpo humano.
El material que se puede fabricar, lavar y teñir como cualquier otro textil está formados por fibras de celulosa cubiertas por un metamaterial , nanotubos de carbono. Ante el calor o la humedad, cada hilo se comprime. Esto tiene dos efectos complementarios. Por una parte, aumenta el tamaño de los poros en el entramado general del tejido. Se vuelve más transpirable y esto favorece la refrigeración del cuerpo, por evaporación del sudor y convección del aire sobre la piel. Pero, además, la compresión de los hilos acerca cada una de las fibras que los componen.
Al colocar en proximidad los nanotubos de carbono que recubren esas fibras, se produce un acoplamiento electromagnético entre ellos y todo el tejido empieza a emitir radiación infrarroja , disipando el calor que le transmite el cuerpo. Por el contrario, en un ambiente frío o seco, se espacian las fibras cubiertas de nanotubos que forman cada hilo, lo cual reduce su interacción y la radiación térmica. Esta expansión de los hilos también hace que los poros del tejido se vuelvan más pequeños. Todo ello contribuye a retener el calor corporal aunque el mismo proceso podría aprovecharse para la climatización de edificios.
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Tampoco es la primera vez que se intenta algo similar. Por ejemplo, ahí está la tela presentada hace un par de años.