Del robot español Aisoy que revisamos en PcDeMaNo hace alguno años hemos hablado muchas veces y no descartéis que volvamos a ponerlo en marcha cuando nos llegue nuestro HuskyLens y podamos dotarle de visión artificial!
El hecho es que el «robotito» nos gustó no solo a nosotros sino en el mundo entero donde se vende como churros. Está claro que no es tan «apetecible» como pudiera ser Aibo, el perro robot pero tan poco hay que gastarse casi 3000 EUR para tener una mascota robótica ¿no?.
Eso es más o menos lo que han debido pensar, entre otras cosas, los chicos de Zoetic AI que han lanzado Kiki en la plataforma kickstarter para conseguirlo por unos 700 EUR … o sea el doble que el Aisoy1.
Otro «interesante» semejanza entre ambas mascotas es que no necesitan de conexión a Internet para funcionar. Solo es necesaria para actualizar su versión de firmware lo que evita problemas de seguridad y privacidad que son muy imnportantes es un producto dirigido a un público menor de edad.
Eso sí, lo que más nos gusta del KIKI (vaya nombrecito que le han puesto) es que aprende cuando se relaciona con otros KIKIs o incluso con los humanos… cual si de un Tamagotchi se tratara.
903
Para que de paso aprendáis algo nuevo os vamos a contar ¿de dónde surge llamar ‘kiki’ al acto sexual?.
Es precisamente de esa forma rápida e improvisada de donde proviene la etimología de ‘kiki’, debido a que llega al español a través del término inglés ‘quicky’, forma en que los anglosajones se refieren de manera usual a mantener relaciones sexuales espontáneamente y en pocos minutos.
A su vez quicky no es más que una forma informal de decir ‘quickie’ una palabra cuyo significado literal es ‘rapidito’ (diminutivo de quick: rápido, veloz) y que se utiliza en el mismo sentido que nosotros (Have a quickie / Have a quicky).
Cabe destacar que en ingles también se utiliza el término ‘kiki’ y la forma ‘Have a kiki’, pero su significado nada tiene que ver con mantener relaciones sexuales, sino que se refiere a reuniones improvisadas entre amigos contar chismorreos, echar unas risas y acabar bailando y, en definitiva, pasándolo bien.