Ya en alguna ocasión anterior os hemos comentado que la idea de Tesla de incorporar grandes «tablets» para sustituir los paneles de instrumentos actuales ya que pueden provocar más problemas de los que resuelven. Incluso hace unos días saltaba la noticia de que la Navy norteamericana había pedido el cambio a los clásicos paneles físicos desde las modernas pantallas sensibles llenas de colorines ya que las asocian a un accidente ocurrido hace unos años en un destructor que acabó con 10 marineros muertos. A pesar de los cambios en la interfaz de los sistemas siguen sin confiar en ellos por lo que han decidido embarcarse (y nunca mejor dicho) en un proyecto que tardará entre 18 y 24 meses para reconvertir todos sus destructores.
Por otro lado el usuario quiere disponer cada vez más información accesible por lo que en el campo de la automoción Bosch está trabajando en el desarrollo de productos que utilizan tecnología 3D pasiva para generar un efecto tridimensional realista, que permite captar la información visual más rápidamente que cuando se muestra en pantallas convencionales.
Las pantallas 3D son la última tendencia para el ‘panel de control’ de los vehículos. En la pantalla de cine, un efecto tridimensional sirve principalmente para potenciar el valor de entretenimiento de una película. Pero en un vehículo, es un caso diferente. La profundidad de campo de la pantalla les permite a los conductores captar información visual importante con mayor rapidez, ya sea de un sistema de asistencia o de una alerta por atasco de tráfico. Las alertas, que parecen saltar de la pantalla, son mucho más obvias y urgentes. Además, al aparcar, la imagen de la cámara trasera es más realista, lo que permite detectar antes los obstáculos. Igualmente, los conductores pueden hacerse una mejor idea de cuánto espacio les queda entre el parachoques trasero y, por ejemplo, la pared de un parking. Cuando se circula por calles estrechas, este efecto 3D también juega un papel decisivo, ya que la profundidad espacial de la pantalla del mapa deja claro de inmediato, qué edificio marca la siguiente salida. Para su nueva pantalla, Bosch utiliza una tecnología 3D pasiva, que funciona sin componentes adicionales como el «eye tracking» o las gafas 3D.
Las pantallas de los vehículos están sujetas a rigurosas normas de seguridad. Especialmente, cuando se trata de fluctuaciones de temperatura y vibraciones, los estándares son mucho más altos que los de la electrónica de consumo. Por ejemplo, las pantallas de los automóviles tienen que funcionar a la perfección tanto si la temperatura es de -40 grados centígrados, como si es superior a 120 grados centígrados, durante toda la vida útil del vehículo. Incluso en caso de un fallo parcial, los conductores deben poder confiar en todo momento en una cantidad mínima de información vital. Los sistemas operativos de Bosch se prueban a fondo para que sean aptos para su uso en vehículos.
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